La primera idea que viene a la cabeza cuando uno escucha
palabras tales como outsourcing, subcontratación o externalización es lo mucho
que le va a costar. El hecho de delegar una porción de su proceso de negocio a
una compañía externa no solo no es tan
caro como piensa, sino que llega a valer lo que cuesta.
Las empresas deberían dedicarse a concentrar sus recursos en
lo que consideren la principal actividad de su negocio. Por otro lado, muchas
pequeñas y medianas empresas no pueden permitirse el gasto de un departamento
propio que acometa esos trabajos, debido a los altos costes que representa en
todos los aspectos el incorporar a personal propio a su plantilla. Por todo
ello, el outsourcing o externalización
ofrece una adecuada solución, sobre todo en determinadas áreas muy
concretas, alguna de las cuales pudiera
ser perfectamente el Marketing o incluso las propias decisiones de tipo
gerencial, donde el asesoramiento de un experto puede marcar muchas veces
la fina línea entre una opción acertada y otra que nos puede llevar al fracaso.
Es muy importante por tanto que estas empresas dispongan de una visión empresarial desde una perspectiva de
Marketing y de estrategia que ayude a tomar las decisiones adecuadas, que
potencie a las empresas y que llegue a crear ventajas respecto a la
competencia.
La primera razón para subcontratar sería realizar aquellas
tareas en las que la empresa o profesional no es especialmente competente o no
tiene capacidad para obtener resultados a corto plazo. El tiempo y energía que requieren el
administrar una empresa o negocio es mejor invertirlos en el núcleo
fundamental del mismo y en lo que mejor sabemos hacer. Al liberar parte de
ese tiempo y energía, el empresario será capaz de concentrarse en las áreas de
negocio que realmente más le interesen.
Un consejo: es fundamental
poder y saber subcontratar antes
de que llegue la necesidad real para ello porque, de lo contrario, llegará
un momento en el que se encuentre totalmente desbordado por el trabajo.
Por último, lo ideal es encontrar a alguien que crezca con
el mismo negocio porque ello permitirá establecer relaciones duraderas y de confianza, amoldando la empresa contratada a la forma de trabajar
y al tipo de resultados que se puede esperar.
Por tanto, y como resumen de todo lo expuesto, no espere a
subcontratar si lo estima necesario y hágalo
antes de estar sepultado por cientos de tareas diarias. Y hágalo también con los que mejor encajen en lo que busca para
permitir relaciones a largo plazo que son siempre las que mejores resultados y
satisfacciones suelen dar.